CANTO
Cantar es un acto sencillo y natural en sí; de
nada sirve complicarlo, si bien es necesario establecer rigurosamente sus
bases: respiración, resonancia, emisión,
articulación.
Nada debe ser librado al azar, adquiriéndose de
este modo el dominio y control vocal, es decir, la técnica.
Dirigirse a la inteligencia y a la imaginación,
concretar las sensaciones vocales, son los medios más seguros para cimentar la
técnica vocal sobre una base sólida y estable.
Muchos cantantes han perdido buen número de años
debatiéndose en un trabajo vocal sin resultados, por falta de una base sólida
en dicho estudio. Van de profesor en profesor, buscando desesperadamente un
método nuevo y eficaz.
Ahora bien: así como la verdad universal es
única, no hay más que un método de canto verdadero.
Pero el arte pedagógico del profesor estriba en
saber adaptar, a cada uno de sus alumnos, la aplicación de dicho método; ya
que, siendo el instrumento voz parte
del órgano humano, no existen, por lo tanto, dos voces iguales. Es, pues,
imposible tratar a todos los alumnos de la misma manera, el trabajo individual permite
observar las cualidades y los problemas a solucionar de cada estudiante.
Los ejercicios de la técnica vocal le serán
sumamente útiles al cantante, pues aligerarán su voz, no sin darle mayor
sonoridad, evitando de este modo la fatiga y la ronquera originadas por el uso
indebido de la voz hablada. Gracias a la plena utilización de las resonancias y
a una articulación prolija y sonora, lograrán un instrumento dócil y dúctil,
susceptible de las múltiples inflexiones que constituyen el encanto persuasivo
de la verdadera elocuencia.